Desde el día 6, está en los cines españoles Silencio, la película de Martin Scorsese sobre la persecución contra los cristianos en el Japón del siglo XVII.
Buena parte de la crítica, tanto católica como secular, está desconcertada con la película, aunque hay consenso en que es una historia compleja, estremecedora, con una extraña belleza, y de efectos a largo plazo: horas y días después de verla, sigue rondando en la mente y el alma del espectador. No es posible olvidarla. En nuestra época de consumo de imágenes no es fácil decir eso.
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