"Experiencia,
misterio y realidad de la poesía"
“¿Sería posible
dilucidar los mecanismos secretos que se esconden detrás de la creación poética
sin recurrir a estos tres elementos?
Por una parte, la
poesía no puede seccionarse de la realidad que envuelve al escritor:"La
vida de los otros" (Florian Henkel). Incluso en los momentos de un mayor predominio de las dictaduras
(fascistas o comunistas) es la propia vida de cada uno de nosotros la que está
en peligro: "Primero vinieron por los comunistas, luego por lo
socialistas, luego por los judíos y finalmente vinieron por mi y ya no había
nadie que hablara por mi" (Bertolt Brecht) Incluso en los momentos en los
que el escritor parecía vivir ajeno a la realidad, la realidad acaba llamando a
la puerta. Es el caso de Jorge Manrique y sus Coplas a la muerte de su padre ("Vino la muerte a llamar a su
puerta").
La realidad nos transporta a la
experiencia. Antonio Machado definía la poesía como palabra en el tiempo. ¿Y qué es el tiempo sino experiencia? Por
eso es mendaz la polémica entre poesía como experiencia y poesía como cultura.
En el transcurrir del tiempo, las distintas vanguardias no son más que las
tradiciones futuras.
Sin el misterio la
poesía no es posible. La escuela mística española es una buena prueba de ello.
Para el místico la poesía es inefable, literalmente "no se puede expresar
con palabras". El misterio acompaña el acto creativo como las dos caras de
una moneda. Alguna vez he relatado el misterio que supuso el nacimiento de mi segunda novela -Las campanas del Duomo- : un constante
tañido de las campanas en Milán me
revelaba una historia de la cual
yo estaba predestinado a contarla. Pero
eso ya es otra cuestión que prometo
contarles en otro momento.”. Manuel J. Ramos Ortega
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